Reconocer cada día nuestra fragilidad, somos arcilla propensos a rompernos y no caer en la arrogancia de que somos seres perfectos, que no cometemos pecados, porque no somos como los demas, etc como decia San Pablo, 2 Cor 12 ,6 Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí.
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
Dependemos de la gracia de El, de su fortaleza y de reconocer nuestra miseria, somos pecadores necesitados de su misericordia y que por pura gracia la obtenemos de Él.
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